martes

la sabiduría asombrada

Mira, Berganza, nadie se ha de meter donde no le llaman, ni ha de querer usar del oficio que por ningún caso le toca. Y has de considerar que nunca el consejo del pobre, por bueno que sea, fue admitido, ni el pobre humilde ha de tener presumpción de aconsejar a los grandes y a los que piensan que se lo saben todo. La sabiduría en el pobre está asombrada; que la necesidad y miseria son las sombras y nubes que la escurecen, y si acaso se descubre, la juzgan por tontedad y la tratan con menosprecio

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cada vez que entro en la casa de D. Miguel para protestar por su apresurada decadencia y la pasividad entre lamentos de los criados, ellos me dicen que debo esperar hasta diciembre, que todo se solucionará en diciembre, que a ver si sale en diciembre, que a ver si lo sacamos en diciembre. Que nuestros ladridos de diciembre harán reaccionar a los mayordomos.
Si es así, preparemos diciembre, y no cometamos el error de poner esperanza en quien no tiene ánimo