martes

Nuestra restauración y 3

Digo, pues, que el verdadero sentido es un juego de bolos, donde con presta diligencia derriban los que están en pie y vuelven a alzar los caídos, y esto por la mano de quien lo puede hacer. Mira, pues, si en el discurso de nuestra vida habremos visto jugar a los bolos, y si hemos visto por esto haber vuelto a ser hombres, si es que lo somos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Digo que tienes razón (...)pero no por esto dexemos de gozar desde bien de la habla que tenemos y de la excelencia tan grande de tener discurso humano.